Paideia (en griego παιδεια,
"educación" o "formación", a su vez de παις, país,
"niño") era, para los antiguos griegos, el proceso de crianza de los
niños, entendida como la transmisión de valores (saber ser) y saberes técnicos
(saber hacer) inherentes a la sociedad.
A mediados del siglo XX, el filólogo alemán
Werner Jäger publicó el más detallado estudio sobre la noción de paideia hasta
la fecha, bajo el título "Paideia: Los Ideales de la Cultura Griega".
En el desarrollo del libro primero en los
capítulos I y II, Jaeger describe el concepto como la aspiración a construir un
tipo ideal de hombre marcado por la virtud, a la cual llamaban
"areté". La "areté" es la excelencia en la función propia
(belleza (kalós)+ virtud).
Este tipo ideal se entiende como la fuerza y
destreza de los guerreros y su valor heroico, propio del mundo de la nobleza.
Unido a la "areté" se encuentra el honor, siendo su negación una
tragedia humana. El pueblo debe reconocer a su héroe, debe mostrarle
legitimidad para así conseguir la vida eterna (vivirá por siempre en la memoria
de su pueblo).
Como tal, eran considerados mecánicos e indignos
de un ciudadano; por el contrario, la paideia se centraba en los elementos de
la formación que harían del individuo una persona apta para ejercer sus deberes
cívicos. El primero en configurar la paideia como un humanismo cívico integral
fue el orador y pedagogo griego Isócrates. Bajo el concepto de paideia se
subsumen elementos de la gimnasia, la gramática, la retórica, la poesía, las
matemáticas y la filosofía, que se suponía debían dotar al individuo de
conocimiento y cuidado sobre sí mismo y sobre sus expresiones. El lugar del
concepto de “paideia” fue ocupado en Roma por la “humanitas”, que en textos de
Cicerón significa claramente cultura, educación y pedagogía propias del hombre
libre y a la cual están relacionadas todas las disciplinas. “Humanitas” llegó a
indicar el desarrollo de las cualidades que hacen al hombre un ser
verdaderamente humano, que lo enriquecen con una cultura y lo diferencian del
bárbaro. El concepto implicaba por tanto la construcción del hombre civil que
vive y opera en la sociedad humana. El ideal de paideia estaba dado por la
estructura específica de la polis griega, en que una casta relativamente
reducida de ciudadanos, exentos de las necesidades manuales con la excepción de
la guerra, dedicaban su vida a la participación en los asuntos cívicos. El
dominio cuidado de la lengua griega distinguía a los locales de los forasteros
e inmigrantes; la expresión oral, cuidadosamente elaborada, respondía la
obligación de mostrarse como un individuo refinado en el ágora, donde las
habilidades persuasivas resultaban cruciales. Las ciencias puras indicaban una
disposición de ánimo objetiva y poco concernida con los asuntos mundanos, una
cualidad deseable en un potencial legislador. Las proezas gimnásticas
confirmaban el dominio de sí y el carácter viril —también garantizado por el
comportamiento en combate— que completaban el perfil aristocrático.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Paideia
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